Esta historia comienza en marzo de 2015, cuando nuestra fundación dio cupo a 6 perritos rescatados que estaban en ‘otra’ fundación que creía que ayudar era amontonar perros en un lote, abandonados a su suerte y con muy poca comida.
Entre esos 6 perritos venía Twister, en un principio pensamos que era un perrito viejito. Su mirada triste y su cobardía no ocultaban las ganas con las que se aferraba a la vida. En ese momento Dayeni Basabe y los voluntarios de la fundación Huellas decidimos entregarlo todo por el y por sus 5 amigos.
Comenzamos con un proceso riguroso en donde lo interveníamos 3 veces al día, alimentándolo e hidratándolo. Muchas veces se mostraba agresivo pero poco a poco fue confiando en nosotros y en solo un mes comenzamos a descubrir a un animal bondadoso y hermoso que pronto cumpliría con su misión de vida.
Antes de tiempo y en contra de todos los pronósticos Twister fue el primer perrito en salir de la cuarentena y de reintegrarse a la manada. Todos, incluso nosotros estábamos nerviosos de ver que pasaría, pero cuando Twister salió su adaptación fue inmediata y no solo el sino todos los demás perritos estaban feliz de conocerlo. Resultó ser que Twister era un cachorro al que la vida lo había convertido en viejo antes de tiempo.
El segundo capitulo de la vida de Twister se desarrolla a partir del 30 de agosto de 2015 con la visita de Gloria Inés Martínez Mesa y su familia. Gloria Inés y su familia quienes estaban pasando duras pruebas de la vida llegaron buscando un amiguito de 4 patas que pudiera ayudarles con su hijo Andy. Andy sufrió un grave accidente en su último día de servicio militar, accidente que lo dejó en una silla de ruedas y con limitadas facultades físicas que le impiden hablar y moverse.
Gloria Inés sabía que quería un perrito que pudiera serle util a su hijo y nosotros sabíamos que cualquier perrito con el correcto entrenamiento podría ser un perro de asistencia, lo que nadie sabía era que había un vínculo emocional entre Twister y Andy. Después de llevarle 10 perros distintos, Andy se sentía aun incómodo y los perros tampoco se veían muy interesados en estar con el, todos menos uno, el ‘Loco’ Twister, ese perro que no se quedaba quieto, que corría por toda la fundación y que alguna vez llego con un sufrimiento profundo en su alma y en su cuerpo.
La actitud de aceptación y amor de Twister fue realmente sorprendente y de un brinco se sentó en las piernas de Andy como diciendo ‘No te preocupes amigo, yo te cuidaré por siempre, ahora eres parte de mi manada’, para Andy fue igual y en su cara se evidenciaba su alegría con una enorme sonrisa.
Ahora Twister tiene una familia que lo ama. Él les avisa cuando Andy necesita algo o está en algún aprieto. Un par de amigos que pasaron grandes pruebas del destino y que se cuidaran hasta viejitos. Dos historias duras de la vida con un final inesperado lleno de amor y lengüetazos!!!
Twister no sólo ha ayudado a Andy, ha sido una ayuda para cada miembro de nuestra familia y ha sido un bálsamo de esperanza en nuestros momentos más duros.